En 1991, Nelson Mandela, recién salido de la cárcel como consecuencia de la transición política en su país, se reunió con Fidel Castro en La Habana. Vino a rendir homenaje al apoyo de Cuba en la larga lucha contra el apartheid.

© Mariano Garcia - Alamy Stock Photo. Montage IRD - Laurent Corsini

Aspectos desconocidos y sorprendentes de la relación entre Cuba y África

Updated 22.04.2021

La longeva y heterogénea relación entre Cuba y África es el tema principal de una reciente publicación científica coordinada por especialistas del IRD. Además de proporcionar datos originales sobre la cooperación civil cubana, la vida de los protagonistas de estas relaciones transatlánticas y el lugar que ocupan estas en la historia de ambas regiones, este trabajo revela aspectos tan desconocidos como apasionantes sobre el tema.

La Historia con mayúsculas está a menudo formada por pequeñas historias rocambolescas, destinos individuales y vidas apasionantes...  También en la relación que existe entre Cuba y África. Más allá de movimientos de fondo como la trata de esclavos que contribuyó en gran medida a la población actual de la isla cubana o, más recientemente, las luchas por la independencia, contra el imperialismo y el apartheid, existen un sinfín de otros vínculos. En Sudáfrica acaba de publicarse una obra, bajo la dirección de dos investigadoras del IRD, que compendia los conocimientos de expertos africanos, cubanos y europeos con el propósito de esclarecer los aspectos menos documentados de esta relación. “Abunda la literatura sobre la implicación militar cubana en África, durante la Guerra Fría, o los aspectos culturales legados por África a Cuba", explica Giulia Bonacci, historiadora de la URMIS. “Nosotras hemos decidido mirar de lado para examinar fragmentos completos, que habían permanecido en la sombra hasta ahora, sobre esos nexos de unión entre ambos lados del Atlántico: las formas de cooperación civil cubana en África, el destino de las miles de personas implicadas en estos intercambios, las huellas que han dejado estas relaciones y circulaciones en la historiografía, etc.”. Esta obra saca a la luz algunos eventos y rostros poco conocidos, relacionados con la lucha militar, la cooperación científica y la creación cultural, que merece la pena dar a conocer. .

Los pupilos congoleños del Che

Ernesto Guevara llegó de incógnito al frente de una pequeña fuerza expedicionaria cubana para echar una mano a los rebeldes del este del Congo, posando junto al joven Laurent Désiré Kabila, que derrocaría al presidente Mobutu... ¡32 años después!

© Museo Che Guevara (Centro de Estudios Che Guevara en La Habana, Cuba)

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Treinta años tras su muerte en Bolivia, Ernesto Che Guevara volvió a ocupar el foco histórico, siendo exhumado por los sucesos políticos que tuvieron lugar en África: en 1997, la llegada al poder en la República Democrática del Congo de Laurent Désiré Kabila, antiguo compañero del abanderado de la revolución castrista, desempolvó la increíble aventura del cuerpo expedicionario cubano en el este del Congo a mediados de los años 60. "Los éxitos militares de la primera revuelta popular, protagonizada en 1964 por los partidarios de LumumbaAsesinado tres años antes, en 1961.1, que lograron apoderarse de tres cuartas partes del Congo, convencieron a La Habana para que apoyara lo que parecía ser ‘la Revolución’ en suelo africano", explica el politólogo Michel Luntumbue. "Sobre todo porque los estadounidenses consideraban que este país era clave en el enfrentamiento Este-Oeste. Pero, a pesar de su destreza militar, los combatientes cubanos no podrán resistir la ofensiva del ejército de Mobutu, apoyado por los servicios occidentales y numerosos mercenarios europeos, sudafricanos y rodesianos".

Miembros de las familias congoleñas Soumialot, Nkumu, Longonmo y Shabani, de los jóvenes protegidos del Che y familiares de los dirigentes del CNL que se refugiaron en La Habana, foto tomada en Cuba en 1980.

© Amisi Soumialot

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Enseguida, los barbudos se vieron obligados a volver a casa. "Fue allí, en esta retirada forzosa, donde el CheAl principio, sus aliados congoleños le mantuvieron al margen de los combates, pues temían cargar con la responsabilidad histórica de su eventual desaparición. Poco a poco, participará en la supervisión táctica de los rebeldes congoleños con el apoyo de una fuerza expedicionaria cubana de un centenar de miembros, la mayoría de ellos afrocubanos, y también ejercerá su profesión de médico en beneficio de las poblaciones locales de la zona.1 decidió llevarse con él a 17 jóvenes compañeros de filas congoleñosIncluyendo a su joven profesor de swahili, Freddy Ilunga, que se convirtió en un cirujano pediátrico y ejerció en Cuba.1, a los que quería convertir en la avanzadilla de la futura Revolución Africana”, cuenta el investigador. Estos pupilos del Estado cubano se unieron a una pequeña comunidad congoleña de La Habana, formada por las familias de los dirigentes del Consejo Nacional de LiberaciónÓrgano político de la rebelión lumumbista en el este del Congo.1. Se integraron perfectamente; algunos de ellos mostrarían en el futuro un gran compromiso al servicio de la nación cubanaComo Godefroid Tchamlesso, un joven dirigente de la resistencia congoleña que se convirtió en periodista y representante durante varios años de la agencia de prensa cubana Prensa Latina en América del Sur, el Caribe y Estados Unidos, antes de unirse a Laurent Désiré Kabila, que estuvo en el poder en la RDC de 1997 a 2001, para convertirse en embajador de la RDC en Angola, y luego en otros países. Murió en diciembre de 2018 en Kinshasa y fue enterrado en Cuba de acuerdo con sus últimos deseos.1. Y durante las décadas siguientes, se convertirán en la columna vertebral de una comunidad congoleña que se moverá a ambos lados del Atlántico, apegada a su doble identidad, e íntimamente vinculada con la especial relación que ha perdurado entre ambos países desde entonces. 
Tras el fracaso de la revolución congoleña, Cuba trasladó sus esfuerzos a Angola, desplegando una fuerza expedicionaria de 10 000 soldados, una intensa cooperación civil y una capacidad científica que tomará entonces sorprendes derroteros…
 

La Angola de los etnólogos cubanos

El trabajo antropológico de los científicos cubanos, realizado en medio de la guerra, se hace bajo protección militar. Aquí, Pablo Rodríguez Ruiz posa con su guardaespaldas cubano y dos soldados angoleños asignados a su protección.

© Pablo Rodriguez Ruiz

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¿Podía Angola convertirse en un Estado-nación socialista? Esa fue la pregunta que las autoridades del MPLAMovimiento Popular para la Liberación de Angola formularon en 1984, en plena guerra civil, a los jóvenes científicos cubanos recién salidos de las universidades soviéticas de Moscú y Leningrado. El objetivo era determinar el modelo en el que habría de articularse el proyecto político del país una vez alcanzada la victoria: ¿el del socio cubano que supo difuminar las diferencias originales gracias a sus revoluciones y a la lucha contra el imperialismo estadounidense para integrar a cada ciudadano en la nación? ¿O el del gran hermano soviético, que había conservado una nación multicultural con gran diversidad étnica y lingüística en un conjunto federal de microestados? “Los angoleños querían saber ", explica Kali Argyriadis, antropóloga de la URMIS, "cómo crear una unidad coherente a partir de su inmenso territorio, poblado por múltiples comunidades étnicas, lingüísticas y religiosas, poblaciones urbanas modernas y alfabetizadas y poblaciones rurales, nómadas o cazadoras-recolectoras, a veces alejadas de la escena nacional ...". Para ello se recurre a dieciséis etnólogos, sociólogos, antropólogos, psicólogos y lingüistas cubanos y angoleños que se dividen en cuatro grupos para abarcar todo el país. Trabajarán durante un año a pesar del conflicto, bajo la protección a distancia del ejército cubano, estudiando las culturas, las tradiciones y la economía, conversando con los líderes locales.      

Investigadores cubanos y angoleños, que intentan determinar si Angola puede convertirse en un Estado-nación socialista en 1984-85, se reúnen con líderes comunitarios de todo el país para presentar su proyecto.

© Pablo Rodriguez Ruiz

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Tras el choque inicial que supone para ellos descubrir las realidades africanas, las cuales superan ampliamente la imagen que la mayoría tenían, adquirirán un sólido conocimiento de las comunidades que componen la sociedad angoleña de entonces. El antropólogo Pablo Rodríguez RuizActual director del Departamento de Etnología del Instituto Cubano de Antropología, que participa, junto con el Instituto Cubano de Investigación Cultural Juan Marinello http://icic.cult.cu y el IRD, en un programa de investigación sobre la historia de la antropología cubana, con el apoyo de la JEAI AntropoCuba.1, que describe su experiencia angoleña en el libro, se ha basado de hecho en esta labor para escribir una notable monografía sobre los Nyaneka-Khumbi, población con la que convivió durante un año. Sin embargo, llegado el momento de redactar su informe, los científicos cubanos no estaban convencidos: en su opinión, la inmensa diversidad de Angola era totalmente incompatible con la constitución de un Estado-nación socialista. “Lo que la historia no nos dice es si su conclusión tuvo un impacto en los proyectos políticos de Angola o en sus relaciones con el Estado cubano", apunta la investigadora. 

Más allá del compromiso político y científico, las relaciones entre La Habana y el continente africano se basaron también en una influencia cultural recíproca, apreciada por el público de ambos lados del Atlántico.

Kikongo, rumba congoleña y diplomacia cultural

El cantautor cubano Arsenio Rodríguez, nacido en 1911, utilizaba a veces el kikongo y otras lenguas africanas en sus canciones. Tuvo un gran éxito en África e inspiró la creación de la rumba congoleña.

© BNF

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Franco y su Tout puissant OK jazz, Tabu Ley Rochereau o Les Bantous de la capitale, estrellas emblemáticas de la rumba congoleña de la segunda mitad del siglo XX, extremadamente populares más allá de los dos Congos, deben mucho a algunos de sus precursores cubanos... Pero este trasvase cultural tiene lugar a través de múltiples viajes transatlánticos de ida y vuelta, con raíces muy antiguas: “En la década de 1930, músicos afrocubanos como Arsenio Rodríguez grabaron discos con letras en español y kikongoUtilizado en los ritos de la religión cubana palo-monte.1, una lengua a veces directamente heredada de sus abuelos, antiguos cautivos traídos del reino del Kongo", explica Charlotte Grabli, historiadora del Centre International de recherche sur les esclavages et les post-esclavages. 

Muy inspirado en los ritmos cubanos, el cantante Joseph Kabasalé, conocido como "Grand Kalé", con su orquesta African Jazz, está considerado como uno de los padres de la música congoleña moderna.

© DR

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“Estas canciones se difundieron en África –donde apenas había grabaciones de música urbana africana en aquella época–, y con sus familiares ritmos tuvieron tanto éxito que cambiaron el panorama cultural al inspirar la creación musical africana de la década siguiente”. Nació todo un repertorio congoleño que imitaba el estilo afrocubano, con incluso una jerga española que los melómanos no entendían mucho. Pero eso forma parte del cosmopolitismo que caracteriza a la rumba congoleña y explica su éxito, que sigue vigente actualmente en todo el continente africano”.  

En el contexto de la Guerra Fría, Cuba llevó a cabo una intensa diplomacia cultural con los nuevos Estados africanos independientes, especialmente mediante la formación de músicos africanos en La Habana y el envío de orquestas cubanas de gira por África.

© Pixabay

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Por su parte, los artistas africanos contarán con el favor del público cubano, al tiempo que África será una fuente de inspiración para  los músicos cubanos. “Como parte de la diplomacia cultural desplegada por la nación castrista con los nuevos países africanos independientes durante la Guerra Fría, se organizaron encuentros que resultaron fructíferos para ambas partes", afirma Elina Djebbari, antropóloga de la Universidad de París 8. Una docena de músicos malienses fueron enviados a Cuba para formarse, desde mediados de los 60 hasta principios de los 70. Mientras estaban allí, formaron una orquesta llamada Las Maravillas de Malí y cosecharon un gran éxito tanto en Cuba como en África, africanizando el estilo cubano con letras en francés y bambara o por los temas de las canciones. Su canción más famosa, Rendez-vous chez Fatimata, es un ejemplo típico de la africanización de formas musicales cubanas como el chachachá. A su vez, la música cubana se nutrió de los numerosos viajes realizados por grupos cubanos a África, siempre en el marco de esta política de promoción de la Revolución y del socialismo a través del intercambio cultural. “La Orquesta Aragón, que hizo muchas giras por África Occidental, se nutrió del contacto con la música del continente, creando un ritmo, la chaonda, directamente inspirado en esta experiencia", afirma la experta. 

El libro, titulado Cuba and Africa, 1939 – 1994: Writing an Alternative Atlantic History, se traducirá próximamente al español para hacerlo accesible al público cubano.