Une boucle du fleuve, bordée de forêt tropicale, près de Manaus.

La extensa cuenca del Amazonas –más de 6 millones de kilómetros cuadrados– alberga una abundante fauna acuática cuya biodiversidad podría verse seriamente amenazada por los efectos combinados del cambio climático y la fragmentación de los ríos.

© Neil Palmer/CIAT - flikr

El clima, las presas y los Andes: la triple trampa acuática del Amazonas

El futuro de los peces de agua dulce del Amazonas preocupa a los expertos. La geografía y las intervenciones humanas podrían estar impidiendo que algunas poblaciones acuáticas encuentren un hábitat adecuado para adaptarse al cambio climático.

Tiempos turbulentos para los peces del Amazonas... "En la gran carrera de las especies vivas por adaptarse al calentamiento global, los peces del Amazonas están encontrando muchos escollos, que podrían resultar insalvables para algunos de ellos", considera el macroecólogo Pablo Tedesco. "Basándonos en la modelización y en el conocimiento que tenemos de las poblaciones acuáticas amazónicas, el objetivo de nuestro trabajo es anticipar el impacto del calentamiento global en la distribución de los peces de agua dulce en esta cuenca artificialmente fragmentada por la construcción de numerosas presas". Pero las infraestructuras hidroeléctricas no son el único obstáculo.

En busca de frescor

Para adaptarse al cambio climático, la mayoría de las especies terrestres y oceánicas –animales y vegetales– están migrando gradualmente a latitudes más frías.

© IRD - Arnaud Bertrand

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En la tierra, el mar e incluso el aire, se está produciendo un movimiento generalizado: las especies animales y vegetales ya han comenzado a migrar para resistir al cambio climático. Concretamente, lo que buscan son lugares que se ajusten a sus preferencias climáticas naturales. En los océanos, por ejemplo, la migración de especies a latitudes más frías lleva ocurriendo desde hace más de 20 años. El área de distribución de los peces y las aves marinas se está desplazando hacia las regiones septentrionales del hemisferio norte y las regiones meridionales del hemisferio sur, a un ritmo de unos 40 kilómetros por año. Esto no solo sucede en los océanos, sino también en la tierra, donde hay plantas que están prosperando en regiones donde hace unas décadas eran desconocidas. En las montañas, el fenómeno se manifiesta a través de una progresiva escalada de las especies hacia la frescura de las cumbres. "En los ríos, donde la temperatura aumenta progresivamente desde el nacimiento hasta la desembocadura", explica el científico, "la migración se produce río arriba. Siempre y cuando no haya obstáculos, como sucede en el Amazonas". 

Barreras artificiales

La construcción de cientos de presas hidroeléctricas, que fragmentan el curso del Amazonas, está socavando la capacidad de las especies acuáticas para adaptarse al cambio climático.

© Ministerio PlaneJamento - Flickr

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En la búsqueda de una energía abundante y descarbonizada, el río más potente del mundo es, sin duda, un valioso recurso para producir hidroelectricidad. Más de 150 presas están explotando ya este maná natural. "Por muy virtuoso que parezca este desarrollo de infraestructuras, no deja de tener consecuencias en la capacidad de las especies para adaptarse al calentamiento global", señala el investigador. "La fragmentación del río es un obstáculo para la migración de especies". De hecho, si tras la construcción de una presa, una comunidad acuática queda dividida, las posibilidades de supervivencia del grupo atrapado río abajo son escasas. Y para las especies que quedan totalmente aisladas aguas abajo, las posibilidades son aún menores. Si atendemos al número de especies y presas, nos encontramos ante un verdadero problema de conservación de la biodiversidad. Más allá de resultar infranqueables, estos obstáculos también reconfiguran la arquitectura del curso del río, creando compartimentos que pueden resultar incompatibles con la forma de vida de algunas especies.

Compartimentos demasiado estrechos

Las aguas turbulentas del curso superior del Amazonas constituyen un obstáculo insalvable para la migración río arriba de las especies de peces que viven en las aguas tranquilas de la llanura.

© IRD - Pablo Tedesco

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"La distancia entre presas y la superficie construida varían, dependiendo de cada constructor", señala el experto. "Pero el tamaño de los segmentos es muy importante para las posibilidades de adaptación de las especies atrapadas en estos compartimentos". Los peces pequeños pueden acomodarse sin problemas al menor espacio, siempre y cuando las condiciones de temperatura sean las adecuadas: están acostumbrados a altas densidades de población. No así las especies grandes. "Necesitan más energía y por lo tanto más espacio para alimentarse", explica el experto. “Si quedan atrapadas en compartimentos muy estrechos, a corto plazo no podrán alimentarse o, a medio, no dispondrán de suficiente diversidad para reproducirse de forma sostenida". Pero eso no es todo, la geografía también tiene su parte de responsabilidad... 

El muro de los torrentes andinos

Al no poder adaptarse a las aguas turbulentas del alto Amazonas, Chaestostoma, una especie vinculada a la parte andina del río, podría verse muy afectada por el cambio climático.

© Ictiologia Universidad Católica de Oriente

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La mayor parte del río Amazonas fluye casi plano por la llanura. Sus aguas discurren tranquilas durante más de 4000 kilómetros, impulsadas más por su peso que por la casi inexistente pendiente.  Así pues, la mayoría de los peces que lo habitan están acostumbrados a las aguas tranquilas. Y, si no hay presas, pueden migrar fácilmente de un tramo a otro para encontrar las condiciones necesarias para adaptarse a las nuevas temperaturas. De este modo, las especies del estuario se mueven hacia el curso medio y las del curso medio hacia el curso superior del río. "Pero no debemos olvidar que el Amazonas nace en los Andes, a más de 4000 metros de altitud", recuerda Pablo Tedesco. "La parte superior de su curso es de todo menos tranquila". Y todo apunta a que las especies que viven en los tramos superiores del río, justo después del muro de los Andes, no podrán adaptarse a las condiciones turbulentas del torrente inicial. Estas especies podrían verse sorprendidas por el cambio climático sin haber podido escapar río arriba.

"Así pues, ante la imposibilidad de encontrar las condiciones necesarias para adaptarse al cambio climático, peligra la supervivencia de las especies más grandes, de las que viven en las partes altas justo antes de las pendientes andinas, y de las comunidades atrapadas aguas abajo de una presa. Esto es aún más preocupante si tenemos en cuenta que hay cientos de proyectos de presas planeados en el Amazonas", concluye el investigador.


 

  • Pablo Tedesco, EDB (IRD/CNRS/Université Toulouse 3 Paul Sabatier)

  • Les effets combinés du changement climatique et de la fragmentation du cours d’eau sur la répartition des poissons de l'Amazonie andine

    Guido A. Herrera‐R, Thierry Oberdorff, Elizabeth P. Anderson, Sébastien Brosse, Fernando M. Carvajal‐Vallejos, Renata G. Frederico, Max Hidalgo, Céline Jézéquel, Mabel Maldonado, Javier A. Maldonado‐Ocampo, Hernán Ortega, Johannes Radinger, Gislene Torrente‐Vilara, Jansen Zuanon, Pablo A. Tedesco, The combined effects of climate change and river fragmentation on the distribution of Andean Amazon fishes, Global Change Biology, 23 septembre 2020

  • Olivier Blot