Edificio devastado por un terremoto.

El peligro sísmico se convierte en un riesgo, incluso en una tragedia, si se ocupa la zona sísmica y si no se cumplen las normas adecuadas de construcción antisísmica.

© IRD - Juan Pablo Verdesoto

Mapa de peligrosidad sísmica de Ecuador

Updated 01.12.2021

Diez años de investigación de campo, análisis y modelización han permitido a los especialistas ecuatorianos y franceses cartografiar la peligrosidad sísmica en Ecuador. Este documento, recientemente publicado en acceso abierto, podría ayudar a los planificadores a reducir los riesgos para las personas y los bienes derivados de los frecuentes terremotos del país.

El terremoto de magnitud 7,8 que se produjo en Ecuador el 16 de abril de 2016 mató a 668 personas, dejó 8 desaparecidos, 6.274 heridos y más de 29.067 personas sin hogar.

© IRD - Juan Pablo Verdesoto

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1906, 1942, 1958, 1979, 1987, 1996, 2016... una letanía de terremotos destructivos que no parece tener fin en Ecuador. Dado que se no se puede predecir cuándo se producirán las catástrofes, los científicos trabajan para minimizar los riesgos. Para ello, han establecido una cartografía probabilística del peligro Probabilidad de que se produzca un suceso natural en una región y un intervalo de tiempo determinadossísmico. "En definitiva, hemos desarrollado modelos que predicen los terremotos que es probable que se produzcan, indicando la ubicación, la magnitudCantidad de energía liberada por un terremoto, los movimientos del suelo que podrían generar y la probabilidad de que se produzcan en una ventana temporal futura determinada", explica Céline Beauval, geofísica especializada en el análisis probabilístico de riesgos sísmicos del ISTerre. Estos estudios, en los que convergen conocimientos de varias disciplinas científicas, se están llevando a cabo en colaboración con el laboratorio Geoazur de Niza y el Instituto Geofísico de Quito, EcuadorEste último tiene el encargo oficial de las autoridades ecuatorianas para determinar los niveles de peligrosidad sísmica, niveles que es obligatorio conocer en todo el mundo para el diseño de infraestructuras o edificios importantes. 1

 

Quito, al igual que muchas ciudades ecuatorianas, está construida cerca de riesgos sísmicos, especialmente en el corredor de fallas activas de la corteza terrestre que atraviesa el país desde el Golfo de Guayaquil hasta la Cordillera de los Andes.

© IRD - Michel Dukhan

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Riesgos y peligrosidad


Ecuador es un foco de actividad sísmica. Su costa se extiende a lo largo de la zona de intersección entre la placa oceánica de Nazca y la placa continental sudamericana. La primera se está hundiendo bajo la segunda a gran velocidad: ¡a unos 47 mm al año! La acumulación de energía producida por este proceso de subducción se libera periódicamente en forma de terremotos imprevisibles a profundidades de 5 y 40 km en la zona de fricción. Estas descargas de tensión también pueden desencadenar sismos a lo largo de las fallas de la corteza terrestre o incluso en la placa oceánica subducida a 50 - 200 km de profundidad.

 

Los terremotos son frecuentes en Ecuador, un país situado a lo largo de la interfaz entre la placa oceánica de Nazca y la placa continental sudamericana, y las infraestructuras están bajo presión.

© IRD - Juan Pablo Verdesoto

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Esta alta peligrosidad se concreta en bruscos movimientos del suelo, cuyas amplitudes alcanzan a veces valores muy altos. El riesgo sísmico, relacionado con la probabilidad de que las sacudidas produzcan daños materiales o humanos, es tenido en cuenta en los planes de desarrollo y ordenamiento territorial. Por ejemplo, un terremoto en medio del desierto apenas provocará daños. Sin embargo, las principales ciudades de Ecuador se hallan cerca de zonas peligrosas, construidas en el corredor de fallas activas de la corteza terrestre que cruzan el país desde el Golfo de Guayaquil hasta los Andes, como Quito o Riobamba, o en la costa del Pacífico, cerca de la zona de subducción, como Salinas, Manta y Esmeraldas. Un conocimiento exhaustivo del peligro puede ayudar a limitar los riesgos.

 

Historia, tectónica y modelos numéricos

El peligro sísmico se convierte en un riesgo, incluso en una tragedia, si se ocupa la zona sísmica y si no se cumplen las normas adecuadas de construcción antisísmica.

© IRD - Juan Pablo Verdesoto

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Anticiparse a los terremotos del futuro empieza por conocer los terremotos del pasado. "Lo primero que necesitamos para nuestro estudio es un catálogo de sismicidad", explica la investigadora. "Se trata de hacer un inventario lo más exhaustivo posible de los sucesos ocurridos en el pasado, su localización e intensidades". Para ello, los científicos se han basado en los archivos españoles, cuyas crónicas dan cuenta de la historia del país desde hace 500 años, así como en registros instrumentales, que se remontan a principios del siglo XXEl potentísimo terremoto de 1906 en la costa ecuatoriana fue detectado y localizado por los primeros sismógrafos del mundo. Su magnitud se estima actualmente en torno a 8,6. El terremoto de 1797, que arrasó Riobamba, está bien documentado (número de víctimas y daños causados) en los registros de la época.1. Lo segundo es la cartografía de todas las fallas activas conocidasNo obstante, puede producirse un terremoto en una falla activa desconocida y no cartografiada.1, efectuada por geólogos. Y lo tercero, una medición geodésica, que consiste en cuantificar la deformación acumulada en las interfaces y las fallas. Ya que toda o parte de esta energía se liberará tarde o temprano en forma de sismo, probablemente en el mismo lugar de acumulación...

Mapa de riesgo sísmico, que muestra en cada punto la aceleración del suelo que tiene una probabilidad del 10% de ser superada en los próximos 50 años.

© IRD - Céline Beauval

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A partir de los datos sísmicos, la tectónica activa y las mediciones geodésicas, se pueden diseñar modelos de ocurrencia sísmica. Seguidamente, para cada uno de estos posibles sismos futuros, es necesario calcular el movimiento del suelo que podría producir en la superficie.

Los mapas resultantes mostrarán –en términos de aceleración sísmica– no el terremoto en sí mismo, sino sus efectos en el suelo. "Estos mapas de peligrosidad sísmica representan las aceleraciones del suelo con una determinada probabilidad de que se superen en el futuro (por ejemplo, un 10 % de probabilidad en los próximos 50 años, o una vez cada 475 años de media); se señalan los efectos de todos los terremotos que pudieran producirse", precisa la científica. Este conocimiento es valioso para orientar las políticas de urbanización, disuadiendo de construir en determinadas zonas muy expuestas, o promoviendo normas antisísmicas estrictas cuando sea necesario. Este mapa podría ser útil de cara a una próxima reforma del Código Ecuatoriano de la Construcción.


 

Diferentes representaciones de la amenaza sísmica en Ecuador