Vista de una cueva muy grande, con la pequeña silueta de un científico en el centro.

La cueva de Tishuca, en las estribaciones amazónicas de los Andes en Perú, lleva 70.000 años preservando los sedimentos fluviales de la grave erosión tropical.

© Jean-Yves Bigot

Una cueva arroja luz sobre la tectónica andina

Resumen

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El hallazgo de arenas fluviales atrapadas en una cueva ha permitido a los especialistas del IRD y a sus socios determinar el ritmo de levantamiento tectónico del frente oriental de los Andes. La cueva, situada en las estribaciones amazónicas de la cordillera de los Andes, en el norte del Perú, se encuentra actualmente a 159 metros por encima del río que la excavó. Gracias a la datación de los sedimentos atrapados en la cueva, y por tanto resguardados de la fuerte erosión tropical, los científicos pudieron determinar el tiempo que tardó el río en abrirse paso en la montaña hasta su nivel actual. Y dado que en esta parte de los Andes, la excavación de los valles por parte de los ríos está en equilibrio con el levantamiento de las montañas, los científicos pueden deducir la velocidad a la que ascendió el relieve: a razón de  2,3 a 2,6 mm por año… ¡Un ritmo excepcionalmente rápido!
Es la primera vez que este método –previamente utilizado en macizos templados– se aplica en esta región del mundo caracterizada por una actividad tectónica es muy intensa. Esta cueva, llamada Cueva de Tishuca, en la que se conservan sedimentos fluviales de hace 70 000 años, reviste interés también para otros científicos, como los climatólogos, que estudian las estalagmitas para descifrar el registro climático de la Amazonia.