Coronavirus

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Covid-19: One Health, una estrategia necesaria

Si la pandemia continúa, el riesgo de que más animales se infecten por el Sars-Cov-2 será mayor, lo que aumentará a su vez el potencial de mutación del virus y la probabilidad de que los animales participen algún día en la propagación del virus. La lucha contra el coronavirus pasa, por tanto, por un enfoque que incluya a los animales.

L'approche "Une seule santé" fait l'objet d'une alliance tripartite entre l'OMS, la FAO et l'OIE.

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“En el contexto de una epidemia, gatos y perros deben tener la consideración de seres humanos”, afirma Eric Leroy, investigador del IRD, experto en enfermedades virales emergentes de la unidad MIVEGEC. Lejos de ser una provocación, sus palabras apelan a la necesidad de aplicar la estrategia “Una Salud” en la lucha contra la epidemia del Covid-19. Más conocido por su nombre anglosajón “One Health”, este enfoque estipula que la salud humana, la salud animal y la salud del ecosistema están estrechamente vinculadas y deben ser tratadas como un conjunto.
Eric Leroy, miembro de la Academia Nacional de Medicina y de la Academia Veterinaria de Francia, basa su argumento en varios elementos: en primer lugar, el análisis de los casos de contagio de cuatro mascotas (dos gatos y dos perros), cuyos dueños estaban infectados por Covid-19, y de cuatro tigres y tres leones en un zoológico. “Aunque no todos los animales han desarrollado síntomas, el análisis por PCRTécnica de biología molecular de amplificación de ADN o ARN con fines de cuantificación ha detectado la presencia del virus en todos ellos, en pequeñas dosis salvo en uno», subraya el investigador. El hecho de que los dueños de las mascotas tuvieran el Covid-19 apunta a que el contagio se produjo de humano a animal.  

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Coronavirus genéticamente similares

A lo anterior, hay que añadir lo que ya se sabe sobre las vías de transmisión del Sars-Cov-2, el coronavirus responsable del Covid-19: se transmite principalmente a través de gotitas respiratorias, pero también al llevarnos la mano a la boca después de tocar superficies infectadas. “Además de la convivencia, el lamer y besar es un factor de riesgo adicional que facilita la transmisión del virus entre los enfermos y sus mascotas”, concluye Eric Leroy.
Aunque la transmisión de humanos a animales parece ser un hecho, hay otros factores que respaldan el enfoque One Health. El más importante es la gran proximidad genética entre los coronavirus que infectan a los humanos y los que infectan a los carnívoros. De hecho, el Sars-CoV-2 pertenece a un gran grupo de virus, la familia de los coronavíridos, que se divide en dos subfamilias. Una de ellas, los Orthocoronavirinae, se divide a su vez en cuatro génerosSubdivisión de subfamilias en la clasificación de seres vivos: Alfacoronavirus (alfa-CoV), Betacoronavirus (beta-CoV), Gammacoronavirus (gamma-CoV) y Deltacoronavirus (delta-CoV). Hasta la fecha, precisa el virólogo, “se conocen siete coronavirus que infectan a los humanos: estos pertenecen a los tipos alfa-CoV o beta-CoV. Al igual que los coronavirus que infectan específicamente a gatos y perros”.
 

Se sospecha que el pangolín javanés, en peligro de extinción, ha tenido un papel en la pandemia del Covid-19.

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Un alto potencial de evolución

Otra característica del Sars-CoV-2 lo convierte en un virus capaz de saltar la barrera de especie: la baja especificidad de su proteína S (spike protein), que es la que se une a un receptor de las células humanas y permite que el virus penetre. Por lo tanto, esta proteína podría potencialmente aferrarse al receptor equivalente en otra especie, como una llave maestra que permite abrir puertas con cerraduras parecidas. Esta baja especificidad de la proteína S, y por lo tanto su alta capacidad de penetración, está relacionada con el alto potencial de zoonosis de los coronavirus que se encuentran en varias especies: el Sars-Cov, que causó los brotes de SRAS (síndrome respiratorio agudo severo) en los seres humanos en 2003, pasó por la civeta de palmera enmascarada (Paguma larvata), el murciélago del género Rhinolophus y el perro mapache (Nyctereutes procyonoides); el Sars-CoV-2, probablemente por el murciélago del género Rhinolophus, el pangolín malayo (Manis javanica), y el perro y el gato como se ha descrito anteriormente. 
Otros parámetros facilitan este salto de la barrera de especie, como el tamaño del genoma del virus. “Lo que llamamos mutación en el campo de la evolución son, en realidad, errores que ocurren durante la replicación del material genético”, explica Eric Leroy. “Cuanto más grande sea el genoma, más probable es que se produzcan errores”.
Además, los coronavirus tienen una gran capacidad para intercambiar fragmentos de genoma, por un fenómeno de recombinación. “Es como si al cruzarnos con otra persona, intercambiáramos nuestros brazos derechos”, dice. Si un animal está infectado con dos coronavirus diferentes, podrán intercambiar partes de su genoma y formar nuevas versiones del virus. 
Además, la molécula responsable de la multiplicación del virus, la ARN polimerasa, no tiene una fidelidadcapacidad de la enzima para insertar el nucleótido adecuado en el lugar correcto durante la replicación del ARN muy alta, lo que aumenta la probabilidad de generar mutaciones.

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Distanciamiento físico para todos

La acumulación de todas estas características hace que el Sars-Cov-2 tenga un elevado potencial de evolución y, por tanto, la capacidad de saltar la barrera de especie más fácilmente que otros virus. “Si la epidemia continúa, los contactos de personas infectadas con animales se multiplicarán automáticamente”, advierte Eric Leroy. “Inevitablemente se producirán nuevas infecciones de animales domésticos, con un riesgo significativo de que el virus evolucione en este paso al animal. No obstante, aún no se ha demostrado que los animales domésticos puedan contribuir a propagar la epidemia y que, a su vez, puedan llegar a ser infecciosos”. 
Por consiguiente, como principio de precaución, habría que aplicar la estrategia One Health, que tiene en cuenta la cuestión animal. ¿Qué quiere decir esto? “En caso de que una persona se contagie, los animales del hogar deben ser considerados como seres humanos y deben aplicarse los mismos principios sanitarios y de distanciamiento”, concluye el experto.